Pocas situaciones deben generar tanto orgullo en una madre como cuando un hijo defiende los colores de la bandera de su país a nivel mundial; en este caso los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Brasil.
De ahí la emoción que embargó a Natalia González, quien a través de la televisión y entre la multitud vio a su muchacho, el voleibolista cardenense Osniel Rendón, desfilar junto a la delegación cubana.
Luego en el primer partido del equipo observó como el joven salió a la cancha a luchar por su equipo, incluso fue protagonista. Nunca había jugado en evento tan grande como éste.
Con el orgullo que sentimos cuando un familiar, amigo, vecino o coterráneo, compite en un torneo internacional, las personas más allegadas a Natalia han acudido estos días a su casa para brindarle todo el apoyo necesario, para celebrar la presencia de Osniel en los Juegos Olímpicos.
Debido a la situación que enfrentó recientemente la selección masculina de voleibol de Cuba, Osniel tuvo la posibilidad de integrar el equipo a Río.
Hasta entonces había participado en torneos internacionales de menos categoría y por eso ahora, en los Juegos Olímpicos, Natalia González celebra con tanto orgullo la oportunidad de su hijo de 19 años Osniel Rendón, quien tiene el talento para conquistar el futuro.