Matriculó en la carrera de Arquitectura en la Universidad de La Habana y su ligazón ya con el destino del estudiantado se tornó indisoluble. En protestas, manifestaciones y encuentros con la policía, su rostro se hizo frecuente. Fue primero el secretario general de la FEU (Federación Estudiantil Universitaria) y después su presidente, un presidente cada vez más radicalizado en la lucha contra la dictadura de Batista, un presidente que conoció de detenciones, golpizas y amenazas y que marchó siempre al frente. En 1955 había suscrito con Fidel Castro el documento conocido como Carta de México, en representación uno, del Directorio Revolucionario y el otro, del Movimiento 26 de Julio.
Encabezó una corriente radical como secretario general y después Presidente de la Facultad de Arquitectura (2 de febrero de 1954), la cual lo elevó primero a Secretario General de la FEU (23 de febrero) y seguidamente, el 30 de septiembre del mismo año, a la presidencia de esa, la más antigua organización estudiantil cubana.
Colaboró destacadamente en el movimiento estudiantil latinoamericano e internacional. A principios de 1955 participó en el rechazo a una agresión somocista contra Costa Rica, en unión de otros estudiantes cubanos, quienes viajaron a ese país como combatientes voluntarios.
Al inicio del próximo curso, Manzanita, como le apodan sus compañeros por el color sonrosado de su cara, es electo presidente de la Asociación de Estudiantes de la Facultad de Arquitectura y forma parte de la FEU.
Es 30 de septiembre. Cuando se celebra el aniversario 24 del asesinato del líder estudiantil Rafael Trejo, José Antonio asume la presidencia de la FEU. Por entonces ya ha recibido golpizas, persecución y encarcelamiento. Se radicaliza su acción. Asiste en Chile al Segundo Congreso de Estudiantes Latinoamericanos y recorre varios países para dar a conocer la lucha que se libra contra el desgobierno de Batista.
«Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad».
La Habana vivió por aquellas fechas una jornada sangrienta, inscripta entre los hechos más heroicos realizados por el estudiantado a lo largo del proceso insurreccional que antecedió al triunfo de la Revolución en enero de 1959.
Esta hazaña comenzó en enero de 1957 donde tuvo lugar la primera reunión preparatoria entre el Directorio Revolucionario y el grupo de Menéalo Mora Morales. Después sucesivamente procedieron a perfilar los detalles y el reclutamiento de los hombres, así como el acopio de armas.
Las operaciones estaban previstas de la siguiente forma: el asalto al Palacio Presidencial por un comando de 50 hombres con armas automáticas, un grupo de apoyo de otros 100 entraría en acción posteriormente y al mismo tiempo sería tomada la emisora Radio Reloj para difundir la noticia de la muerte de Fulgencio Batista. Este último destacamento ocuparía a continuación la Universidad de la Habana, donde se establecería el Cuartel General.
Integraron la comisión militar de la acción Carlos Gutiérrez Menoyo (jefe), Faure Chomón Mediavilla (segundo) y Armando Pérez Prieto, encargado de vigilar e informar la presencia de Batista.
El refuerzo disponía de fusiles y unas 10 ametralladoras calibre 30, 10 fusiles automáticos y una ametralladora calibre 50 montada sobre el eje de un camión. Debía controlar los edificios más altos cercanos al Palacio tales como «Bellas Artes», una fábrica de tabacos, el «Hotel Sevilla» y otros, emplazar las ametralladoras y disparar contra la guarnición palaciega situada en la azotea de la casa de gobierno.
La primera y la tercera parte se llevaron a cabo pero el segundo comando no llegó. Faltaron las órdenes precisas de los responsables a los involucrados para dirigirse a los objetivos señalados mientras un camión con el armamento necesario estaba estacionado cerca del lugar.
A las tres de la tarde del 13 de marzo de 1957, el auto de Carlos Gutiérrez abrió la caravana. Detrás iba un camión, con un letrero que decía «Fast Delivery», seguido de otro auto. De la calle 17 en la zona residencial del Vedado, doblaron por O, Vapor, Espada, San Miguel, Campanario, Dragones […] El camión iba casi ponchado.
En el interior del camión iban apretados los hombres, unos contra otros, en una oscuridad total y un asfixiante calor. Todos en mangas de camisa, menos Evelio Prieto. Pegados a la puerta, Machadito y Juan Pedro Carbó intercalaban chistes. Mario Casañas acariciaba su arma y le decía bajito a Manuel Gómez Sartorio: «Ahora sí, ahora sí». Evelio se tuvo que quitar el saco por el calor: «No quiero que me la echen a perder llenándomela de huecos». Todos se rieron. Machadito vio a su novia por la ranura de la puerta al pasar el camión por una de esas calles, esta iba ajena a todo lo que estaba sucediendo.
En el edificio Radiocentro, en los estudios de Radio Reloj, José Antonio Echeverría, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y secretario general del Directorio Revolucionario (DR), se apoderaba de los micrófonos:
«Pueblo de Cuba, en estos momentos acaba de ser ajusticiado revolucionariamente el dictador Fulgencio Batista. En su propia madriguera del Palacio Presidencial, el pueblo de Cuba ha ido a ajustarle cuentas. Y somos nosotros, el Directorio Revolucionario, los que en nombre de la Revolución Cubana hemos dado el tiro de gracia a este régimen de oprobio. Cubanos que me escuchan. Acaba de ser eliminado […]»
A finales de agosto de 1956, José Antonio, en nombre de la FEU, había suscrito con Fidel la Carta de México, «verdadera declaración de guerra de la juventud cubana contra la tiranía», en opinión de Faure: «Nosotros teníamos una concepción de la vía armada, la lucha de calle, que no era la que iba a desarrollar Fidel, la guerra de guerrillas. Y él nos unió: en todos nuestros encuentros nos dijo que todas las tácticas son necesarias, hablamos de nuestras coincidencias en cuestiones estratégicas: lucha armada a muerte contra la tiranía […]».
Horas antes de las acciones del ataque al Palacio Presidencial y el asalto a la emisora Radio Reloj José Antonio Echeverría dejó escrito su testamento político y no logró regresar vivo a la Universidad de la Habana, donde se establecería el Cuartel General para la resistencia popular.
«Hoy, 13 de marzo de 1957, día en que se honra a los que han consagrado sus vidas a la digna profesión de Arquitecto, para la que me preparo, a las tres y veinte minutos de la tarde, participaré en una acción en la que el Directorio Revolucionario ha empeñado todo su esfuerzo, junto con otros grupos que también luchan por la libertad.
»Esta acción envuelve grandes riesgos para todos nosotros y lo sabemos. No desconozco el peligro. No lo busco, pero tampoco lo rehuyó. Trato sencillamente de cumplir con mi deber.
»Nuestro compromiso con el pueblo de Cuba quedó fijado en la Carta de México, que unió a la juventud en una conducta y una actuación, pero las circunstancias necesarias para que la parte estudiantil realizara el papel a ella asignado, no se dieron oportunamente, obligándonos a aplazar el cumplimiento de nuestro compromiso. Creemos que ha llegado el momento de cumplirlo. Confiamos en que la pureza de nuestras intenciones nos traiga el favor de Dios para lograr el imperio de la justicia en nuestra Patria.
»Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque tenga o no nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo.
»Pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzarlo. Por eso este manifiesto que pudiera llegar a ser testamento, exhorta al pueblo de Cuba a la resistencia cívica, al retraimiento de cuanto pudiera significar un apoyo a la Dictadura que nos oprime, y a la ayuda eficaz de los que están sobre las armas para libertarlo. Para ello es preciso mantener viva la fe en la lucha revolucionaria aunque perezcamos todos sus líderes, ya que nunca faltarán hombres decididos y capaces que ocupen nuestros puestos, pues, como dijera el Apóstol, «cuando no hubiera hombres, se levantarían las piedras para luchar por la libertad de nuestra patria.
»A nuestros compañeros, los estudiantes de Cuba, les pedimos que se organicen, ya que ellos constituyen la vanguardia de nuestra lucha, y a las fuerzas armadas que recuerden que su misión es defender a la Patria, no someter a hermanos, y que su puesto es el del Ejército Mambí, que peleaba por la libertad de Cuba. ¡Viva Cuba Libre!»
Las autoridades retuvieron el cadáver 24 horas y prohibieron que fuera velado en su ciudad natal, Cárdenas. El carro fúnebre partió hacia el cementerio de Cárdenas desde La Habana, sólo acompañado por un automóvil con los padres del mártir. El sepelio se efectuó el 14 de marzo en horas de la noche, en presencia de pocos familiares y amigos, quienes fueron registrados por los agentes represivos. Todo el tiempo la necrópolis estuvo rodeada por policías, soldados y miembros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM). Días después la tumba fue profanada: soldados caminaron encima de la misma y destruyeron una lápida colocada sobre ella.
La muerte de José Antonio Echeverría ese día conmovió al país. Sólo tenía 24 años. Había nacido en Cárdenas, Matanzas, el 16 de julio de 1932.
«José Antonio era el primero en todas las manifestaciones. Más de una vez cayó herido por los golpes y las represiones de la tiranía[…]Lo recordamos alegre y sereno, fiero en la lucha, afable en el trato, carismático, orientador en la tribuna, unitario y radical, severo en la crítica, humano, justo, desinteresado, modesto, amigo y compañero[…]
»Surgió de la masa abriéndose paso a fuerza de estudio y coraje, pues su expediente académico va aparejado con su trayectoria de líder estudiantil […]
»Constituye una referencia necesaria en el proceso histórico, ya que su ejemplo y su nombre están vinculados a la obra creadora de la patria».
«No hubo autoridad moral más alta en la Universidad de La Habana, que la reconocida a José Antonio Echeverría en sus tiempos».
«A José Antonio superarlo es imposible, imitarlo, muy difícil. Porque desde el mismo 10 de marzo (de 1952) solo supo de los sinsabores del clandestinaje, de los atropellos y de las torturas. Sobresalía por su actitud ante la lucha, su decisión, su valentía, su profundidad en el pensar y su autoridad. Todo ello lo hizo ser el compañero más querido para todos nosotros, y el más respetado. Como todo joven, tenía su novia, pero la visitaba cuando podía, porque era más el tiempo que estaba perseguido y buscado, que el que tenía libre».
«Tenía veinticuatro años, era un joven con inquietudes, jaranero, que gustaba tomar cerveza y oír a Benny Moré. Practicaba fútbol, entre otros deportes. Su imagen no puede idealizarse como para quitarle la parte humana y natural de su hombría y de su juventud […] José Antonio como dirigente de la FEU fue fiel seguidor del ejemplo de Mella».
«José Antonio era el jefe militar del levantamiento armado del 13 de marzo y el líder máximo de aquel movimiento por ser presidente de la FEU y secretario general del Directorio Revolucionario. Disponía de un enorme prestigio ante el pueblo, (que) lo quería y respetaba. Después de ejecutada la acción de Reloj, iría hacia la universidad para dejar instalado allí a parte del destacamento que lo acompañaba y garantizar el control de lo que sería la sede de nuestro Estado Mayor.
»Es entonces, cuando se produce la sorpresa. La perseguidora se interpone en su camino y reacciona atacando lleno de ardor y coraje».
«El Gordo cayó como un valiente. Con desprecio absoluto de su vida avanzó sobre una perseguidora y les disparó por la ventanilla. Cayó al suelo y volvió a pararse sobre sus rodillas y sacando un revólver (que le había quitado a un soldado) volvió a tirar por la ventanilla para dentro: en ese momento una ráfaga de ametralladora lo remató».
«El 13 de marzo fue un día imborrable. A casa avisaron, en medio de la incertidumbre del momento, que por añadidura habían asesinado a Pelayo Cuervo, amigo entrañable. Tan pronto nos avisaron, mi madre y yo fuimos para la funeraria de Zapata y 2. No faltaban por supuesto, policías vestidos de civil, a la caza de posibles visitas de luchadores perseguidos que se dejaran llevar por sentimientos lógicos, lo que resultaría peligrosísimo en esos momentos. Reinaba un ambiente mezcla de tragedia e indignación. Las flores de las Martianas me mantenían atenta a la puerta. Por fin llegaron. En eso alguien me dijo que acababan de traer otro cadáver y estaba en los altos. Dejé las flores en un rincón.
»Subí y vi sin ropa, tendido en una camilla, a José Antonio Echeverría. Estaba blanco como el mármol. Aún no había nadie con él. Bajé, tomé las flores y lo cubrí con ellas.» _________________________________________________________
Nace en el poblado de Guásimas, municipio de Cárdenas, provincia de Matanzas, el día 18 de diciembre de 1926. Su infancia se desarrolló en medio de una difícil situación económica.
Su familia era de procedencia humilde, de origen campesino, su padre Fidel Fernández Sosa, trabajador del Acueducto de Cárdenas y su madre María Felipa Pérez Rodríguez dedicada a los quehaceres hogareños. Eran 5 hermanos en total, 3 varones, Luís, Roberto y Rubén, esté último jimagua con él: 2 hembras Raquel y Fidelina.
Al contar Roberto con 8 años de edad la familia se traslada a la ciudad de Cárdenas, donde residió en la casa situada en la calle de López No 751.
Estudios
Cursó el 7mo y el 8vo grado en la escuela primaria superior Llaca, estudios que tiene que costearse trabajando de mensajero en una farmacia.
Posteriormente ingresa en el Instituto de segunda enseñanza de Cárdenas, donde en el fragor de la lucha estudiantil, se relacionó con Marcelo Salado, José Smith Comas, José Antonio Echeverría y otros líderes revolucionarios, lo cual hizo que se profundizaran en él las convicciones revolucionarias.
Llegó a ser presidente de la asociación de alumno de ese centro y fue uno de los que fundó el periódico “La voz del estudiantado”, desde cuyas columnas se defendía la causa de la juventud y se atacaban los desmanes del gobierno batistiano.
Graduado de bachiller matriculó en la escuela de derecho de la Universidad de La Habana, donde cursa los dos primeros años, pues tiene que abandonar el estudio debido a la difícil situación económica familiar, la que no podía satisfacer las exigencias que requería la enseñanza superior de aquella época.
Vida laborar
Por considerar su capacidad y por gestiones del sindicato, fue situado como auxiliar suplente en la oficina, en la que se quedó mas tarde como plaza fija.
Labor revolucionaria
Al triunfar la revolución fue dirigente de la CTC local y del sindicato de plantas eléctricas en Cárdenas.
Ocupó hasta el momento de su muerte la secretaría general del sindicato de trabajadores del acueducto y la fábrica de hielo de Cárdenas.
Se incorporó a las Milicias Nacionales Revolucionarias en febrero de 1960 y fue uno de sus organizadores en Cárdenas.
Ingresó más tarde en la Escuela de Responsables de Milicias en Matanzas y cuando terminaba su formación en ese centro se produjo el artero ataque mercenario a Playa Girón.
Muerte
Cae en la lucha heroica contra las fuerzas del imperialismo el 17 de abril de 1961.
Del más humilde origen campesino, nació el 1 de julio de 1941, en la finca La Esperanza, en Lagunillas, municipio Cárdenas, provincia Matanzas.
Era hijo de José y Carmen quienes tuvieron siete hijos. Cuando tenía cuatro años, la familia se trasladó para Lagunillas en busca de mejorar la difícil situación económica del hogar.
Estudios
Empezó a alfabetizarse en la campaña de 1961 con gran interés en aprender.
Vida Laboral
Actividades Revolucionarias
Pasó casi tres meses en la “limpia” del Escambray y a los pocos días de su regreso, al producirse el bombardeo contrarevolucionario a las bases de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, se encontraba de guardia en Varadero cuando es acuartelado y movilizado luego, hacia la Ciénaga de Zapata.
Allí estaba en los instantes del ataque mercenario por Playa Girón, pero para no preocupar a la madre, gravemente enferma, le había comunicado que salía hacia La Habana.
Asesinato
Víctima de la criminal agresión imperialista fue herido en combate y falleció, a consecuencia de las heridas, el 28 de abril de 1961. Fuente: Wilfredo Cabrera Reyes-EcuRed.mht________________________________________________________
Cursó sus estudios primarios en la escuela pública de su localidad, y los abandonó antes de que pudiera alcanzar el quinto grado para incorporarse al trabajo y ayudar a su familia dada las dificultades económicas que sufrían.
Laboró esporádicamente, primero como obrero agrícola en las actividades de zafra en la Sierrita de Ponce. Más tarde fue dependiente gastronómico en la cafetería del Red Coach en la Dársena y en Dos Mares, en este último lugar bajo las órdenes de Angelito Rodríguez.
Trabajó en la construcción de la carretera de Salé a Cantel, fue colaborador del MR-26-7 y participó en la venta de bonos y divulgación de propaganda de este movimiento.
Después de 1959
Laboró en el Ministerio de Obras Públicas en la construcción del hospital de Cárdenas en la parte de Maternidad.
Fue jefe e instructor de las MNR en Camarioca, perteneció al BON 211 de Varadero y participo en operaciones contra la banda contrarrevolucionaria capitaneada por un sujeto al que llamaban la Amenaza Roja, en la zona de Cantel, Camarioca.
Por su actitud y méritos revolucionarios fue seleccionado para pasar la Escuela de Responsables de Milicias, llegando a ser jefe de pelotón. Pasó entrenamiento en Minas de Frío y subió tres veces el Pico Turquino.
Muerte
Incorporado a su unidad, marcha al combate y enfrenta al enemigo heroicamente junto a sus compañeros de la escuela para hacer frente a los que se atrevían a hollar suelo cubano cumpliendo órdenes del imperialismo yanqui.
El Bon de la Escuela de Responsable de Milicias de Matanzas que en los momentos del ataque mercenario era la mejor unidad de combate que había en Cuba con un excelente estado disciplinario y alta moral combativa y revolucionaria. Cumplió a cabalidad con todas las misiones encomendadas, desde su salida en Caravana de Camiones hacia el central Australia, la toma de Pálpite, el avance hacia Playa Larga y Girón por diferentes puntos y vías.
Este batallón perdió en los combates 23 milicianos (fue el que más baja sufrió durante la batalla) tuvo alrededor de un centenar de heridos, entre sus mártires cae en la madrugada del día 17 de abril Raudillo Fleitas, abatido por las balas traidoras de los mercenarios en la entrada de Playa Girón.
Pertenencias
Este lo obtuvo en un enfrentamiento con la guardia rural y lo acompañó en el entrenamiento de Minas de Frío la subida al Pico Turquino en tres ocasiones, la limpia del Escambray y en la batalla de Playa Girón.
Tiene como marca de fabricación Smith – Wel, número de serie 180, al morir Raudillo, pasa a su, padre Juan Manuel Fleitas que fue combatiente de Girón y perteneciente a su hermano José Fleitas Martínez.
Es de hierro de color negro, presenta cargador cilíndrico y una capacidad de siete cartuchos, con empuñadora decorada y relieve. Mide 15 cm de largo, 10 de ancho y 2,5 de profundidad. Está ubicado en el almacén del centro en la sección de armas con el número de inventario 2 – 29. Fuente: Raudilio Fleitas – EcuRed.mht________________________________________________________
Como miembro de una familia humilde, asistió en su pueblo a la escuela pública No. 40, en la que cursó solo hasta el 4to grado, ya que muy pronto tuvo que abandonar los estudios para incorporarse al trabajo y ayudar al sostenimiento de su hogar.
Más tarde pasa un curso de entrenamiento en Minas del Frío, durante el cual escala el Pico Turquino.
Seleccionado para la Escuela de Responsables de Milicias, se encontraba pasando la preparación en este centro cuando se produjo el criminal ataque mercenario por Playa Girón.
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